viernes, 12 de julio de 2013

El Partido Nacionalista y la lucha armada


                                                                                             Por Pedro Aponte Vázquez
                Claridad, 22–28 febrero 1985, págs. 16–17



Bandera del Partido Nacionalista
La decisión del Partido Nacionalista de Puerto Rico (PNPR) de declararse en guerra con el gobierno de Estados Unidos ha sido frecuentemente atribuida a un suceso histórico el cual muy probablemente ni siquiera influyó en quienes tomaron la decisión: la derrota del Partido en las elecciones del año de 1932. Aunque nada razonable es atribuir un suceso histórico a una sola causa, la referida conclusión apenas ha sido cuestionada durante décadas a pesar de existir prueba documental de que, al tomar el Partido Nacionalista su decisión, ya el gobierno norteamericano le había declarado la guerra a los Nacionalistas. Al hablarse del PNPR en las elecciones de 1932, no se dice que fue entonces la tercera vez que el partido participaba en elecciones ni que en ninguna de las tres se disputaban los partidos la gobernación del país. La aludida interpretación tampoco toma en cuenta el hecho de que el presidente del partido, Pedro Albizu Campos, creía firmemente en la eficacia del proceso electoral como instrumento de lucha aun después de la primera derrota electoral del partido, ocurrida en el 1924. El sostener que Albizu recurrió a la lucha armada sólo porque perdió las elecciones de 1932, en poco, si en algo, difiere del otro mito según el cual el prócer puertorriqueño optó por dedicar su vida a la lucha por la independencia de su patria meramente porque fue víctima del racismo que caracteriza a Estados Unidos.



Albizu y el proceso electoral


Pedro Albizu Campos
Se sabe que Albizu contaba con que el PNPR habría de alcanzar a través de las urnas “las mayorías parlamentarias” y que, una vez logradas esas mayorías, se procedería a “redactar la Constitución de Puerto Rico como república soberana e independiente”. Luego se notificaría “el hecho pacífico de la Declaración de Independencia de Puerto Rico” al resto del mundo. Así lo expresó el líder Nacionalista en la plaza Baldorioty del viejo San Juan el 16 de abril de 1932, cuando agregó que, luego de eso, “si no se nos oye, si no se nos atiende, si se nos maltrata, recurriremos entonces a las armas...” Evidentemente, antes de las elecciones de 1932, la lucha armada no había sido descartada, sino aplazada hasta que fuese necesaria. En mayo de 1930, Albizu había dicho que el partido “recurrirá a las urnas y se valdrá de todos los medios legales a su alcance” para lograr la independencia y en junio de 1931, al preguntársele si el partido habría de participar en las elecciones del año siguiente, respondió afirmativamente y explicó:


        El partido cree firmemente que la vía electoral será eficaz para la realización de su programa y así lo ha previsto en su táctica hace más de un año. Los acontecimientos que recientemente han estremecido a la madre patria España al derrocarse un régimen por la vía electoral, han venido a corroborar la certeza de nuestros procedimientos.



Pasadas las elecciones de 1932, Albizu expresó su descontento con el proceso electoral en Puerto Rico al calificar las elecciones de “burla” y al señalar que “jugar a senadores y representantes en un parlamento fantástico pasa ya de comedia.” Albizu fue candidato a senador por acumulación durante esas elecciones. Dos días después de las anteriores declaraciones, Albizu dijo que el Nacionalismo “apela, en primer término, a la lucha electoral, porque es sensato agotar los recursos de la paz, pero jamás ha limitado su acción ante los impedimentos que el imperio y los cipayos hayan arrojado ante su avance.”  Nótese que ya habían pasado las elecciones. La anterior aclaración del prócer Nacionalista podría “confirmar” para algunos la conclusión de que, en efecto, el fracaso en las urnas en 1932 fue la causa de que el PNPR se declarase en guerra con Estados Unidos  –sobre todo, porque la hizo después de las elecciones. En el año de 1927, sin embargo, Albizu ya había dicho que los Nacionalistas habían ido a las urnas en el 1924 “seguros de sufrir una derrota absoluta, porque en Puerto Rico no existe el sufragio.”  Si los Nacionalistas estaban seguros de la derrota en 1924, ¿por qué no habrían de estarlo en 1932? De hecho, Albizu sostenía que la ley electoral vigente tenía el propósito de “impedir que el Nacionalismo se manifestara en las urnas” y así lo indicó nada menos que a fines del mes de septiembre de 1932, a menos de dos meses de las elecciones. Estos hechos sugieren que, aunque Albizu no confiaba en el proceso electoral, sí tenía fe en el pueblo; en que el pueblo con sus votos habría de hacer innecesaria la lucha armada.



La Masacre de Río Piedras


Francis Riggs, jefe de la policía
La Masacre de Río Piedras, consistente en los asesinatos de los Nacionalistas Ramón S. Pagán, Eduardo Rodríguez Vega, Pedro Quiñones y José Santiago por la Policía el 24 de octubre de 1935, cuando además fue herido el Nacionalista Dionisio Pearson, le impartió veracidad a la declaración pública del Jefe de la Policía hecha el día siguiente en el sentido de que en Puerto Rico habría “guerra, guerra y guerra” contra los Nacionalistas. El que el PNPR no había descartado todavía el proceso electoral lo confirma el hecho de que fue el 1ro de enero de 1936 cuando el partido decretó la abstención electoral. El 30 de octubre de 1935, el PNPR respondió así a la declaración de guerra del coronel E, Francis Riggs:


        El Jefe yanqui de la Policía, coronel Riggs, ha declarado a la nación que “habrá guerra, guerra y guerra”. Así consta en [el diario] La Democracia. El Nacionalismo reconoce su franqueza y recoge el guante: habrá guerra, guerra y guerra. ¡Guerra contra los yanquis!



El primer  acto de guerra del PNPR fue dirigido precisamente contra quien había iniciado la guerra el 24 de octubre –el propio coronel Riggs– al ser este ajusticiado el 23 de febrero de 1936 en una calle de San Juan.
Elías Beauchamp luego del ajusticiamiento de Riggs



El caso Rhoads



Hiram Rosado, asesinado en el cuartel

Durante el sepelio de Hiram Rosado y Elías Beauchamp, los comandos que se ocuparon de ajusticiar a Riggs y a quienes la Policía de Puerto Rico asesinó mientras los tenía en custodia, Albizu acusó a Estados Unidos de valerse del asesinato “como régimen de gobierno” y señaló como ejemplo los asesinatos que el doctor Cornelius Packard Rhoads confesó haber cometido para acelerar, según dijo, el proceso de exterminar a los puertorriqueños. Albizu estaba convencido de que Rhoads, a quien la Fundación Rockefeller había enviado a la isla a experimentar con los puertorriqueños, formaba parte de una conspiración de Estados Unidos para exterminar a toda la población de la isla y así se lo comunicó al país, al Vaticano, a la Liga de las Naciones y “a todos los poderes del mundo”. 
Cornelius Rhoads en 1932
Tal cual habría de suceder 50 años después, con los asesinatros perpetrados por la Policía en el Cerro Maravilla, el gobierno amapuchó el caso y Rhoads no fue enjuiciado, ni acusado y ni siquiera interrogado. El gobierno dio el caso por cerrado en marzo del 32 cuando rehusó poner a la disposición del PNPR la prueba amapuchada. Convencido como estaba de que Estados Unidos se proponía exterminar a los puertorriqueños, Albizu dijo al analizar la declaración de guerra de Riggs: 
 

Cornelius Rhoads reconocido en Time
        La meta de exterminio absoluto de todos los puertorriqueños sigue siendo la meta definitiva del imperialismo norteamericano en Puerto Rico. En nombre de la prosperidad de millones que nunca llegarán se hace norma de vida la mendicidad. En nombre de la sanidad se implanta el neomaltusianismo que elimine la prole y se difunde las epidemias que maten a los que han visto la luz del día.



Ante el peligro claro e inminente que describió, Albizu advirtió:


        El Nacionalismo ha asumido su deber histórico de parar definitivamente ese ataque contra la existencia misma de la nación. Ha organizado y movilizado las fuerzas vitales de Puerto Rico para enfrentarse con el enemigo. La nación ha pasado de la resistencia pasiva al contraataque. Más bien que la derrota en las elecciones, todo parece indicar que los hechos que llevaron al Partido Nacionalista a decidir tomar las armas fueron: la Masacre de Río Piedras, la declaración de guerra de Riggs y el caso Rhoads.#


1 comentario:

  1. ¿Por qué Puerto Rico sale a votar más que Estados Unidos?

    Los puertorriqueños votan a un 80%. Los ciudadanos de Estados Unidos votan a un 50%. Por qué esta diferencia de 30%. ¿Serán que los puertorriqueños somos más creyente de la democracia que los mismo ciudadanos estadounidense?

    Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos desde el 1898. Desde entonces, los puertorriqueños que han querido descolonizar a Puerto Rico lo han asesinado o encarcelado. Muchos puertorriqueños le tienen terror hablar de la independencia para Puerto Rico debido a esta represión de 116 años.

    Como el colonialismo es siempre para explotación, no hay oportunidades en Puerto Rico para los puertorriqueños. Por eso es que tenemos ahora más puertorriqueños afuera que adentro de Puerto Rico. ¡Los puertorriqueños están desesperados para encontrar una solución política para nuestro colonialismo eterno!

    La mayoría de los puertorriqueños creen que podemos descolonizarnos a través del proceso electoral. Pero el proceso electoral está en última instancia bajo el control del gobierno de Estado Unidos. Como el gobierno de Estados Unidos ha ignorado 33 resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidiéndole que inmediatamente descolonice a Puerto Rico, y ha mantenido a nuestro preso político Oscar López Rivera encarcelado por 33 años a pesar de un reclamo mundial para su excarcelación, no debe haber duda alguna de EEUU nunca permitirá nuestra descolonización por vía electoral. ¡Si se pudiera, no lo tendríamos!

    La mejor forma para descolonizarnos seria que los 80% de los electores puertorriqueños salgan mejor a la calle para demandar nuestro derecho inalienable a la autodeterminación e independencia, e insistir que la descolonización la maneje la ONU. Después de todo, la descolonización está bajo la jurisdicción de la ley internacional, y nunca bajo la ley nacional. Por eso es que el colonialismo es crimen en contra de la humanidad bajo la ley internacional, pero no bajo la Constitución de Estados Unidos.

    José M López Sierra
    www.TodosUnidosDescolonizarPR.blogspot.com

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